Un oso en la cueva
miércoles, noviembre 12, 2003
Príncipes, Obispos... ¡cuánto mariconeo!
No, paso de hablar del principito, no seais malintencionados... Estos días, Carlos de Inglaterra, celoso acaso por la presentadora de su compadre español, anda entre el armario y el mentís. Que le den: ¿nos importa acaso que sea bisexual, que follara con ese ayudante ahora tan lenguaraz? Pues no, realmente el mundo no cambia mucho por saber que hasta los futuros reyes tienen aficiones. Uno, es más, siempre había pensado que eran simplemente idiotas en el sentido de tardos, tanta consanguinidad cobra sus impuestos. Pues si le va la marcha, adelante, Charles. Aprovecha que por Londres hay muy buenos cuartos oscuros, tío. Y seguro que alguien encuentra atractivo, no sé, un suponer, agarrarte de esos orejones mientras te clava una polla en la boca.
¿Que Diana (la santa Di, cágate...) pillo a su marido en "situación embarazosa" con su valido Michael Fawcett? Pues vaya...
En otra zona del mundo, también bajo la regencia de la iglesia anglicana (de la que es jefa, por cierto, la mamá de Charles) un tío homosexual, con su pareja, cura, ha sido declarado obispo y están muchos meapilas planteándose si Dios existe o qué. ¿No se quemaba antes a los maricones y demás depravados? Pues ahora los anglicanos los hacen obispos. Todo un cambio.
Gene Robinson ya ha oficiado como obispo, y supongo que atraídos por el morbo, muchos heterosexualitos fueron a ver cómo lo hacía, a ver si se le notaba la pluma o qué. Sus colegas (hermanos en Cristo, por lo menos... ¿en Crisco? pues igual también) de España, esos obispos que además de ser obispos son maricones, siguen sin embargo en el armario de la conferencia episcopal (un armario enorme porque dicen, qué cosas, que hay más maricas ahí que heteros...)
Claro que así puestos y viendo cómo tratan la libertad sexual las Monses estas, lo mejor es que escogieran a los obispos entre gente castrada también en lo genital, ya que están castrados en lo intelectual, lo moral, lo social y cualquier otra preocupación humana. O casi. Así por lo menos dejarían tranquilos a los niños del coro, que siempre los andan manoseando.
En fin, que hacía tiempo que este oso no hablaba desde la cueva, y con esta entradilla me reintegro a la vida .... monacal :-)
Príncipes bisexuales, obispos mariconamente casados, todas las folklóricas o casi hechas unas bollis (al menos eso parece viendo los programas esos de las vísceras)... uno podría hacer una lectura de todo esto como un camino hacia la normalización del hecho homosexual. Pero no, no da para tanto, y menos para eso. La cosa sigue como siempre, el PP actuando en contra de cualquier movimiento hacia adelante. Y si pueden echando mano de los jueces más sumisos, como la denegación -eso sí, esperada- de las bodas homo que llevaron algunos colectivos a ciertos juzgados. A ver qué pasa: el PSOE, con ganas de voto para las próximas elecciones, promete ayudar a mover la cosa. Pero, ya se sabe, ellos tampoco salen de su armario. Queda demasiado por andar.
A los osos, nos podría quedae el consuelo de ver que Mariano Rajoy va de candidato del PP. La pinta la tiene, las costumbres... bueno, la gente dice cosas. El problema es que siendo del PP y siendo candidato, y viendo lo que hacen esas gentes habitualmente, la cara se nos congela en un rictus pasmado. Igual es que la normalización de lo gay que pretende la derecha es que, dado que no queremos desaparecer, al menos no se nos note, nos casemos y tal, y sigamos comulgando en las misas de los obispos con maxifalda en el vestir y en la cabeza.
No, paso de hablar del principito, no seais malintencionados... Estos días, Carlos de Inglaterra, celoso acaso por la presentadora de su compadre español, anda entre el armario y el mentís. Que le den: ¿nos importa acaso que sea bisexual, que follara con ese ayudante ahora tan lenguaraz? Pues no, realmente el mundo no cambia mucho por saber que hasta los futuros reyes tienen aficiones. Uno, es más, siempre había pensado que eran simplemente idiotas en el sentido de tardos, tanta consanguinidad cobra sus impuestos. Pues si le va la marcha, adelante, Charles. Aprovecha que por Londres hay muy buenos cuartos oscuros, tío. Y seguro que alguien encuentra atractivo, no sé, un suponer, agarrarte de esos orejones mientras te clava una polla en la boca.
¿Que Diana (la santa Di, cágate...) pillo a su marido en "situación embarazosa" con su valido Michael Fawcett? Pues vaya...
En otra zona del mundo, también bajo la regencia de la iglesia anglicana (de la que es jefa, por cierto, la mamá de Charles) un tío homosexual, con su pareja, cura, ha sido declarado obispo y están muchos meapilas planteándose si Dios existe o qué. ¿No se quemaba antes a los maricones y demás depravados? Pues ahora los anglicanos los hacen obispos. Todo un cambio.
Gene Robinson ya ha oficiado como obispo, y supongo que atraídos por el morbo, muchos heterosexualitos fueron a ver cómo lo hacía, a ver si se le notaba la pluma o qué. Sus colegas (hermanos en Cristo, por lo menos... ¿en Crisco? pues igual también) de España, esos obispos que además de ser obispos son maricones, siguen sin embargo en el armario de la conferencia episcopal (un armario enorme porque dicen, qué cosas, que hay más maricas ahí que heteros...)
Claro que así puestos y viendo cómo tratan la libertad sexual las Monses estas, lo mejor es que escogieran a los obispos entre gente castrada también en lo genital, ya que están castrados en lo intelectual, lo moral, lo social y cualquier otra preocupación humana. O casi. Así por lo menos dejarían tranquilos a los niños del coro, que siempre los andan manoseando.
En fin, que hacía tiempo que este oso no hablaba desde la cueva, y con esta entradilla me reintegro a la vida .... monacal :-)
Príncipes bisexuales, obispos mariconamente casados, todas las folklóricas o casi hechas unas bollis (al menos eso parece viendo los programas esos de las vísceras)... uno podría hacer una lectura de todo esto como un camino hacia la normalización del hecho homosexual. Pero no, no da para tanto, y menos para eso. La cosa sigue como siempre, el PP actuando en contra de cualquier movimiento hacia adelante. Y si pueden echando mano de los jueces más sumisos, como la denegación -eso sí, esperada- de las bodas homo que llevaron algunos colectivos a ciertos juzgados. A ver qué pasa: el PSOE, con ganas de voto para las próximas elecciones, promete ayudar a mover la cosa. Pero, ya se sabe, ellos tampoco salen de su armario. Queda demasiado por andar.
A los osos, nos podría quedae el consuelo de ver que Mariano Rajoy va de candidato del PP. La pinta la tiene, las costumbres... bueno, la gente dice cosas. El problema es que siendo del PP y siendo candidato, y viendo lo que hacen esas gentes habitualmente, la cara se nos congela en un rictus pasmado. Igual es que la normalización de lo gay que pretende la derecha es que, dado que no queremos desaparecer, al menos no se nos note, nos casemos y tal, y sigamos comulgando en las misas de los obispos con maxifalda en el vestir y en la cabeza.
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