.comment-link {margin-left:.6em;} <$BlogRSDURL$>

Un oso en la cueva
martes, enero 21, 2003
 
Un poco de porno

(ültimamente este espacio de reflexión está de lo más interesante, y vemos con alegría que las aportaciones de diferentes personas van engrosando los coñazos que pega habitualmente "un Oso en la Cueva", así que contraatacamos con un cuento breve)

ven aquí de nuevo, tiazo, mi chulo, peazo maricón, que te estoy comiendo todo desde hace mil horas y tengo la polla a punto de reventar, pero no dejo de mirarte, de lamerte; mis manos suben y bajan por tu cuerpo peludo, evalúan tus curvas y grasas, se mueven al compás de tus movimientos, somos uno en la lascivia y en el deseo; el sexo que nos gusta, olvidándonos de todo lo demás, convirtiéndonos en el centro de un universo rijoso y guarro. Tu culo, ay, tengo la lengua destrozada de lamértelo y de meterla en tu esfínter, ayudándome con los dedos de vez en cuando, mientras tus muslos aprisionan mis mejillas, mi nariz roza tu perineo y mis ojos son incapaces de ver nada tapados por tus cojonazos; sigue gimiendo, para mí, acompasamos la respiración, los movimientos y sabes que queremos más, tu esfínter está palpitando y con mi mano alcanzo tu polla que tiembla pero sobre todo que parece quemar, la imagino (no puedo verla) roja, tensa, marcando las venas que hace nada también he recorrido con mi lengua.

así que cambio de postura y levanto tus dos jamonazos hacia arriba, mientras coloco mi polla ante la entrada que la va a recibir; ahora te contemplo, y nos cruzamos la mirada, los dos sabemos qué viene ahora, y tus ojos trazan una interrogación que no dices, mientras ronroneas; ¿suave, eh?, pero sabes que no lo quieres realmente, ese momento en el que ofreces el culo a una polla -y ya sabes cómo es la mía- te expone a mí, a lo que yo quiera hacer; sabes que estás rendido, de hecho deseas que te la clave a fondo, aunque te da miedo el daño que puede eso provocar... mis manos masajean tus piernas para hacerte notar otras sensaciones mientras la cabeza de mi glande comienza a empujar; sí, hay lubricación suficiente, te he dejado todo el culo lleno de babas, así que va resbalando poco a poco, conforme tu esfinter ya relajado se rinde ante la evidencia; no voy a parar hasta que mi pubis toque con tu culo, hasta que los cojones se peguen contra tí, pero no va a ser rápido, quiero notar cómo en mi polla la presión del esfinter se va desplazando poco a poco.

y tú vas gimiendo, resoplando, te vas moviendo para acomodar ese trozo de carne caliente que te penetra una vez más, vas notando cómo se hace hueco y cómo cabe, cómo la presión va cambiando dentro de tí y cómo eso te hace tener diferentes sensaciones, a veces muy lejos, como un picorcillo en la oreja, un prurito en el pezón izquierdo, avanzando lo que va a ser, lo sabes, una completa explosión de placer en el orgasmo que no va a tardar en llegar.

así que me quedo un rato apretando a fondo, cargando cada vez más mi peso sobre tu culo, desplazándome un poco hacia abajo y hacia arriba, haciendo que la presión de mi polla sobre tu próstata cambie, lo que manda nuevas oleadas de placer a todo tu cuerpo; has cerrado los ojos pero la boca la tienes abierta, tu lengua recorre la parte superior de tu labio mientras comienzo a bombear; llego hasta casi sacar la polla, que tu anillo muscular me apriete la base del glande, y vuelvo a caer hasta el fondo; una vez, y otra, y otra más, continuando un largo recorrido que te hace temblar y te ha puesto la carne de gallina.

vas acompasando la respiración a mi ritmo, que se incrementa, gimes, dices ah, oh y poco más, tensas el esfínter cuando predices que mi polla va a tocar fondo, pero cada vez aprieto un poco más y te contraes irremediablemente; tu polla baila con nuestro baile, y va rezumando un líquido que pronto saldrá a chorros, que pronto lameré de tu cuerpo peludo.

yo estoy ya sudando, con el esfuerzo, voy posicionándome cada vez más dentro de tí, mientras dejo tus piernas apoyadas en mi hombro y así libero mis brazos para agarrarte los pezones y tirar sin compasión de ellos, para restregarte la mano por esos pechos abombados y bajar por la barriga, para agarrarte un poco la polla y sacudirla al mismo ritmo de mi follada en tu culo, para tirar también de tus huevos, que habían quedado medio aprisionados entre los dos, y que la cercanía al orgasmo están tensando, recogiendo el escroto hacia tí. Yo tiro de ellos, quiero oirte gemir también así; con el índice y el pulgar de mi mano derecha hago un anillo en el que recojo la polla y los huevos, y tiro de nuevo

el ritmo con el que te penetro va incrementándose, sigo sudando y yo mismo tiemblo porque voy a correrme dentro de nada, y noto cómo tus convulsiones anuncian que podemos llegar a la vez al orgasmo; es lo que me apetece, aunque tampoco importará que uno de los dos se adelante, tenemos esa confianza de habernos follado muchas veces y saber que lo importante es viajar, no llegar a la hora.

la postura me machaca los muslos, en tensión bajo el peso de tu culo, los hombros soportando tus piernas, y no puedo parar, mi polla va hacia adelante y hacia atrás de forma frenética, voy cambiando un poco el ritmo pero no puedo pensar en nada más que mantener esa presión de tu esfinter, de tu interior caliente y sexual que va a hacer que me corra; ya no te miro, o si te miro no veo nada más que luces que van acumulándose entre los dos, mi mano sigue cascándotela, mojada del todo por el líquido que sueltas, la otra mano te machaca un pezón y los dos estamos realmente rugiendo; que se jodan los vecinos, ya saben que aquí hay sexo entre hombres

y así llega, anunciado por un temblor que nos descontrola a los dos, gritamos un poco más, tu polla es un surtidor que va dejando semen sobre tu barriga, sobre la cama, en mi mano, yo me estoy corriendo dentro de tí y no quiero parar de bombear mientras pueda, mientras mi semen va quedándose dentro y lubricando el movimiento, haciéndolo ya más fácil porque tu esfínter ha sucumbido al orgasmo también y está suelto y destensado.

quedan esos momentos finales, convulsos, en que los dos vamos dejándonos caer lánguidos, exhaustos, locos de amor el uno por el otro.

caemos abrazados, tu semen mojándome ahora a mí también cuando nuestras barrigas se juntan, besándonos como empezamos hace mucho tiempo, quizá siglos, quizá antes del comienzo del mundo.

como siempre, mi amor.

 

Comments: Publicar un comentario


Comentarios, historias y desventuras de un oso - un oso es un hombre gay a veces peludo, otras fornido o gordo, un maricón nada preocupado por parecerse al chico danone, más bien todo lo contrario

ARCHIVOS
agosto 2002
septiembre 2002
octubre 2002
noviembre 2002
diciembre 2002
enero 2003
febrero 2003
abril 2003
mayo 2003
septiembre 2003
octubre 2003
noviembre 2003
diciembre 2003
enero 2004
febrero 2004
marzo 2004
abril 2004
mayo 2004
agosto 2004
septiembre 2004
diciembre 2004
enero 2005
junio 2005
agosto 2005
septiembre 2005
octubre 2005
mayo 2006
junio 2006
marzo 2007
septiembre 2007


Powered by Blogger