MUJERES
Yo sólo quería recomendar un par de artículos que aparecen en el diario "El País" del viernes 2 de enero y rascarme un "picor" que me ha producido un comentario de un buen amigo que recientemente ha bajado a Sevilla....pero el "posit" del día 6 de enero (no sé si es de "la cueva" o "la hermana"...perdonadme ambas) me hace resumir un poco mis ideas sobre el asunto de los cotillas y demás animales para decirle al escribano que nunca podrá hacerte daño quien quiere sino quien puede. Para que un comentario sobre mi vida privada (por otro lado, sosa cual telenovela "Géminis: secreto de amor" de la 1) pueda, digo, intente hacerme daño, mella, muesca o mancha es necesario que la persona que lo haga sea, primero conocida y después considerada como algo importante en mi vida. El resto de los mortales y sus opiniones sobre lo que haga o deje de hacer....vamos, lo de traermela floja lo utilizaría si no fuera porque mi novio no se lo creería ni en el sentido literal del término.
Éa.
En relación a los artículos.....son dos......diario "El país" viernes 10 de enero de 2003.....Vicente Molina Foix y su "Siente un "gay" a su mesa" y Vicente Verdú y su "Ana y los otros". Y luego, una frase de la crítica de Eduardo Haro Tecglen sobre la obra de teatro "Art" que se re-estrena en Madrid en estos días: "la sonoridad no tiene mucha relación con la preferencia"....que me parece resume en parte mucho de lo que ocurre en nuestros días con las opiniones , ideas, verdades, noticias, música...etc...etc....todo ámbito de nuestra vida del día a día.
Y el motivo primigenio de este escrito era la noticia que llega a mis oídos de que en locales "específicos" de Sevilla se prohibe la entrada a las mujeres. Suelo tener como buena fuente a mis amigos y si ellos me lo cuentan, así será. Y si fuera gallego contestaría con una pregunta.......¿lo próximo que se prohibirá en esos locales será, por ejemplo, a los calvos???? .En la libertad de los dueños de los garitos está el reservado el derecho de admisión y me parece una libertad sagrada, pero en mi mano también está el no pisar un antro que impida la entrada de alguien por razón de sexo o raza o condición.....¿¿¿¿en qué queremos convertirnos???????.
Yo, a doña Ana Botella, le dejaría entrar a todos sitios....así podríamos comparar qué olor es más fuerte.....el de los garitos "específicos" o el del poder de la imagen....o al final todo es lo mismo???????....va a ser mejor que me acueste a descansar las pocas neuronas que ya van quedando en esta cabeza calva de incierto futuro en Sevilla.
SOR CAVIDAD
Nota del
Oso en la Cueva: fui yo, Hermana Cavidad, el responsable del texto, el "hablar por cagar". Cierto que no ofende quien quiere, sino quien puede. Personalmente nunca me ha ofendido que hablen, incluso que hablen bien (o mal), de mí. No era el tema al que me refería, ya comenté que ese tipo de actuación define más al que la hace que a la persona de quien se habla. Lo triste es qué normal es que te encuentres con gente que no sabe hacer otra cosa que cotillear de los demás con desprecio.
De lo que cuentas de garitos, cabe pensar que "de hombres sólo", es un interesante tema de discusión. Me contaban hace poco que en otra ciudad española los "osos" y familia son mal vistos en la disco más modelna de la cosa marica. Que en cuanto entran les miran mal todas las parroquianas, y que en más de una ocasión les han dicho cosas como "anda, afeitaros, machas", o "llevaros la grasa fuera de aquí, que tenemos poco sitio" y otras lindezas de esas. Puede que el fenómeno sea más general: a la gente le gusta tener conventillos bastante cerrados donde sólo pueden entrar ellos y los que ellos quieran. Y todo el que se sale de la norma (por la apariencia, por el género, por la opción sexual, por el color de la piel o cosas de esas), es mirado como un intruso o directamente como un enemigo. Igual, y volviendo a lo de los cotilleos, algo de esto subyace también ahí.
Buen tiro, Hermana Cavidad, a ver si la gente se anima a aportar sus puntos de vista.
Besotes,
Un Oso en la Cueva