¿Importa el tamaño?
Digamos que a mi sí me importa. Y conozco a muchos que dicen no tener en cuenta "eso", pero me consta que no es así. Con ello, no quiero decir que uno haga del tamaño de una polla (de la propia o de la del otro) una cuestión binaria (o sea "1" me vale, "0" no me vale). Hay muchos matices. A menudo, ni siquiera es el factor preponderante. Más aún, en algunos casos, incluso con una mala puntuación en el capítulo "polla", un tío puntúa muy por encima de la media. Verlo todo como una cuestión de tamaños es más bien triste, por lo limitado. Pero negar la evidencia, tampoco me parece lógico.
El tamaño importa: no siempre gana una polla grande, pero una polla grande siempre merece la pena. Al menos las que yo he conocido en gente (tontería mía: nunca he visto una polla suelta, salvo las de goma de los consoladores, pero no es lo mismo), las grandes, digo, siempre eran guapas de ver, encantadoras de coger con la mano, de saborear.... y desde luego, si te gusta que te follen (y a mí me encanta), un pollón es siempre digno de ser bien atendido. Aunque te parezca al principio algo que no va a poder entrar por ahí... con dedicación y divirtiéndose, lo de sentirte bien lleno, y que te peguen unos buenos trallazos es que no tiene nombre (escribo esto y me pongo choto, cuánto vicio tengo).
Mi marido se suele reir con el asunto, porque en cuanto veo un pollón me cambia la cara. Vamos, que a un tío que en otras circunstancias no le habría hecho demasiado caso, en cuanto descubro un buen instrumento... así como que se le dan nuevas posibilidades. Ya, osuno lector, sé lo que estás pensando, que soy un putón. Y no andas descaminado...