Historias Heterosexuales...
A veces he pensado qué difícil es comunicarse (en ciertos temas) con los heterosexuales. Incluso con los que son amigos míos de siempre, que saben de mí, de mi marido, que convivimos a menudo. Hay, sin embargo, una barrera que se establece ante ciertos temas, cuando hablamos con ellos. Son barreras no pactadas, que existen quizá por incomparecencia de los combatientes (en su caso). Por aquello de no provocar fricciones, quizá... O sencillamente porque sería de todo punto incomprensible para ellos. No es que su aceptación de la homosexualidad (de la mía en concreto) sea tibia. Es sencillamente que no pueden imaginarse cómo es el mundo de un maricón más allá de tres o cuatro estereotipos que, para colmo, en el caso de los osos no funciona.
En general muchos heterosexuales funcionan con nosotros a base de estereotipos. Ahora no hablo de nuestra relación con los amigos, a eso volveré dentro de un párrafo... Esos estereotipos son cosas como qué papel (rol) juega cada uno en la pareja: si uno hace de "mujer" y el otro de "hombre": incapaces de pensar de otra forma, quieren trasponer el ideal -carca donde los haya- de los papeles femeninos y masculinos a la pareja homo. Igualmente, están los estereotipos referidos al mundo marigay: que si locos por la moda, por los trapitos, por el culto al cuerpo, que si afectados y etc etc... Lo dicho, es pura necesidad de buscar "algo diferente" en los que no son como ellos. Como para marcar distancias.
Pero yo hablaba de gente con la que eso no es necesario: saben que somos maricones, que somos pareja de hecho, y como saben cómo somos, tampoco tienen más problema en aceptarnos aunque no estemos dentro de esos estereotipos. Pero la barrera existe: cómo podrían imaginar que llevamos una pareja abierta, que jugamos con otros hombres, que nos metemos en una sauna o que visitamos un cuarto oscuro. Cómo pensar en que tenemos nuestros fetiches, o que a veces me meto un consolador enorme... yo qué sé. Por ahí... Por otro lado, tampoco yo encuentro la forma de poder hablar de ese tipo de cosas con ellos. Quiero decir, que me temo que se sentirían incómodos, aun siendo buenos amigos, por hacerles partícipes de algo que, en el fondo, prefieren no conocer. Igual es que me da miedo que este tipo de historias rompa esa sensación de "normalidad" que sigue en nuestras relaciones de amistad. Quiero decir, que igual el pecado está en mi lado, por aquello de seguir pareciendo "perfectamente normal" (esto es, queramos o no, "perfectamente heterosexual") ante ellos.
No queriendo, así, ninguna de las partes, romper ese pacto tácito, hay parte de mi mundo maricón que nunca podrá ser entendido por un heterosexual. Lo curioso, acaso triste (en todo caso marca la realidad del mundo que vivimos), nosotros, como maricones, estamos continuamente aceptando "heterosexualadas" como un pino, que se nos sueltan sin más. Por ejemplo, entre tíos: comentar que alguna actriz está buenísima, o algo así. Los heterosexuales no suelen tener pudor alguno en contar públicamente esas cosas, y yo me encuentro con que tengo un tonto pudor a la hora de poder decir lo mismo de un actor. Si se diera el caso.
¿Se nota cómo estoy reconociendo que, por encima de los estereotipos heterosexuales el que está completamente cortado ante su ostentación soy yo? Manda huevos, si esto también es culpa de los putos curas de siempre...