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Un oso en la cueva
martes, septiembre 17, 2002
 
Chatear

Hubo un tiempo en que eso era tomarse unos vinos, normalmente con los amigos. Ahora es otra cosa, claro, y sólo menciono el tema por aquello de comenzar de alguna manera. Con recuerdos, claro. Ahora tenemos los chats, en muchos sitios: en chueca.com, el irc-hispano donde está la cueva del oso, en mensual.com... Yo sigo entrando en #gay_osos, como lo hago desde hace unos cuatro años. Ha habido épocas en que entraba más, otras en que menos, algunas en las que ni he aparecido por allí. He visto pasar gentes muy diferentes, he contemplado como las cosas han ido cambiando mucho. Posiblemente alguien debería hacer una pequeña historia de los osos en España, y recoger un poco el paso del tiempo que ha ido teniendo este canal. De la época en que parecía que nunca iba a haber más de cinco personas a momentos en los que más de cien nicks se agolpan en la lista de participantes. No tengo el cuerpo, ni soy el más indicado -claro-, para hacer esa historia, contar cómo fueron naciendo las primeras reuniones -kdds en la jerga- que fueron realimentando la cosa, el nacimiento de los clubs, la ascendencia y aparición de bares de osos... todo eso que incluso hoy en día estamos viviendo, porque es una historia en movimiento, en proceso.

Todo el mundo que pasa un tiempo chateando, en el canal de los osos o en cualquier otro, se va formando una "teoría de la cosa". Tarde o temprano todo el mundo tiene su teoría de cómo es, cómo podría ser, por qué no es eso y quién es responsable de ello. O algo así. En cuanto uno tiene una teoría de la cosa, ya es difícil hacerle cambiar de opinión. Lo malo es que pocas veces las teorías de la cosa que han desarrollado diferentes personas coinciden. A veces uno se encuentra con que otra persona comparte bastante, pero nota cómo otros, nada de nada. Suele pasar que en el primer caso uno se lleva bien con el otro, y en el seguno más bien mal. A veces la confrontación no nace de contraponer teorías, sino de la misma coexistencia: hay gente que lleva mal no ser lo suficientemente protagonista, o más bien que lleva mal que otra persona lo sea más que uno. Hay gente que directamente te estomaga y todo lo que escribe es poco menos que casus belli. Hago especial hincapié en lo negativo porque es lo que más suele traslucir, y lo que más consecuencias suele traer: tenemos todos una tendencia siempre excesiva a hablar mal de los demás. Mucha gente no se da cuenta de esto, y muchos que piensan que esto solo pasa en el canal que frecuentan no se dan cuenta de que es una característica de todos los canales. Incluso menos son los que caen en la cuenta de que lo mismo nos pasa en las relaciones humanas.

Quizá porque no hay una conciencia de que en el chat lo que hay detrás de los nicks son personas. Con sus grandezas y sus miserias. Y la fatalidad hace que, en cuanto uno se mueve, sean más aparentes las últimas que las primeras. Es más fácil meter la pata que salir airoso siempre. Por mucho que uno quiera crearse un personaje, el plumero se le acaba viendo (a veces, chiste fácil, también la pluma...). Mi experiencia personal, y lo digo así explícitamente para evitar que se crea que generalizo, es que las personas con las que he "conectado" en el chat, aquellas con las que he descubierto que me entretenía charlando a base de darle al teclado, resultan ser, en persona, personas con las que me gusta relacionarme. Muy diferentes de mí, a menudo. Como pasa en el mundo real.

Quien se crea que un chat es un sustitutivo del mundo de verdad, es que lo desconoce todo del tema. Lo único que hacen posible estos nuevos canales de comunicación es ofrecer la posibilidad (antes inexistente) de encontrar gente con quien charlar que tiene algo en común contigo, por raro que esto sea. Por ejemplo, uno es un fan de los libros de lógica y de las paradojas matemáticas (yo no, conste jejejee). Y en su pueblo, ha dejado por imposible lo de encontrar a alguien con quien compartir su afición. Escribió, quizá, alguna vez a una revista que había sobre el tema, o contestó a un anuncio, pero esa relación epistolar no fue muy allá. De repente, con el paso de los años, descubre en internet que hay mucha gente que comparte su afición (por ejemplo, Google da más de 1000 entradas que contengan las palabras "lógica" y "paradojas matemáticas"). Lo mismo descubre que hay un canal en el que cada noche se reune gente a hablar del tema... etc etc.

Esto pasa con lo de los osos que han encontrado su ciberparaíso. ¿Qué posibilidades había hace unos años, sin Red, de encontrar gente con idénticas características o aficiones? Pocas, especialmente si uno se encontraba además fuera del ambiente y no acudía a las secciones de contacto. Si además estaba en el armario o no frecuentaba, por los miedos naturales, lugares de cruising, la posibilidad de darse de morros con alguien "común" era más bien baja. Ahora uno puede ir conociendo gente, más o menos lejana, más o menos afín. Puede plantearse conocer en persona a alguno de ellos (a algunos de ellos...). Puede ir descubriendo clubs, o reuniones, puede animarse a entrar de veras en algo que le gustaba. Como se ve, no he incorporado además el tema sexual (en el caso del amante de las paradojas matemáticas no nos parecería relevante, ¿no?... en el de los osos tampoco tendría por qué serlo si la persona no desea que lo sea). Hay gente que además introduce el sexo en la ecuación. Yo lo hago, lo he hecho. Y me parece perfecto. Comprendo que haya personas que no lo hagan, y que algunas coloquen el tema en primer lugar. Es parte de la variedad de la fauna de un canal.

Bueno, estas reflexiones son, soy bien consciente de ello, parte de mi "teoría de la cosa": en mi (más o menos modesta más o menos ingenua más o menos equivocada) opinión, estos canales de comunicación permiten contactar con gente que te es afín, y ello facilita las relaciones humanas. Por eso quizá, lo de preocuparse por quién manda o deja de mandar por ahí, por quién es la reina de la noche o el rey de la semana, por si a uno le concedieron el *honor* de poder llevar peineta (ser operador del canal) o por si se queda con una mísera crucecilla es completamente estúpido, y contraproducente. A mí me preocupan las personas que cifran en eso todo el valor de otra. O de sí mismas. Como me preocupan quienes pretenden tener siempre el monopolio de algo o la razón en todo.

Por mi parte, a lo largo del tiempo, he hecho muy buenas amistades por los canales. Y me lo he pasado pipa follando con más de uno (y también de treinta). Algunas veces (pocas) he tenido decepciones, en lo humano y en lo sexual (que no deja de ser parte de lo primero, claro...). En otras, el tiempo ha hecho que esa persona con la que tanto conecté y yo siguiéramos rumbos diferentes. Alguna vez, también, me he encontrado a un tipo del que pensé en cierto momento que era completamente imbécil y luego me lo ha confirmado. Pero, es cierto, incluso en esas ocasiones he intentado analizar si se confirmó el tema porque ya iba predispuesto o porque realmente no había manera de congeniar.

A lo largo del tiempo (aunque realmente nos conocimos por videochat, que es algo diferente, pero eso sería tema de otro día), me encontré por estos pagos a una persona que fue capaz de enamorarme lo bastante como para comenzar juntos la locura de una relación, de una vida en común, de un matrimonio. ¡Así que cómo les voy a poner pegas a los chats... !
 

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Comentarios, historias y desventuras de un oso - un oso es un hombre gay a veces peludo, otras fornido o gordo, un maricón nada preocupado por parecerse al chico danone, más bien todo lo contrario

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